Vivimos en la sociedad de la apariencia física y de la pretensión psicológica. Procuramos vernos diferente a cómo realmente somos, y comportarnos como no nos nace, evitando mirar hacia el espejo y afrontar el hecho de que la realidad puede ser muy diferente a lo que nos dice la mente. Y en ese proceso, de ser quien de verdad no somos e intentar comportarnos como jamás hemos hecho, corremos el peligro de caer enfermos y no saber por dónde tirar ni como curar. Hoy os proponemos una estrategia que aunque parece demasiado obvia, la empleamos bastante poco para el gran poder curativo que posee: la autoaceptación.
Se define la autoaceptación como la actitud que tiene uno/a consigo mismo/a a la hora de valorar tanto su apariencia física como rasgos psicológicos de una manera asertiva, aceptando tanto sus defectos como sus virtudes de manera coherente, sin juicios ni reproches. Con amor y empatía.
Porque el verdadero amor siempre, siempre, comienza en ti. Y ese es tu poder. Para hoy, os proponemos como ejercicio la técnica del espejo. Se trata de una técnica muy sencilla pero útil en el ejercicio de la mejora de la autoaceptación y autoestima. Para ello os recomiendo que toméis entre 5 y 8 minutos al día, busquéis el espejo de casa, oficina o el lugar donde más cómodos/as os sintáis y os contempléis.
Para identificar lo que estáis viendo: cómo es tu pelo, su color y longitud. Las distintas partes de tu cuerpo, la forma que tienen… pero haciendo un ejercicio activo de identificación de los diferentes pensamientos que surgen a la vez que nos observamos. ¿Nos estamos juzgando? “no me gusta tu pelo, es demasiado claro”, ¿tendremos prejuicios sobre nosotros mismos? “deberías adelgazar”, ¿nos criticamos? “no soporto la forma de mi nariz”, entre otras.
Aprender a identificar este tipo de pensamientos nos será de gran ayuda no solamente para poder trabajarlos y cambiar su sentido hacia nosotros/as, sino para mejorar el grado de autoaceptación que tenemos, así como el que proyectamos en nuestro entorno, en la vida y en el mundo.
Os recomendamos que lo practiquéis de manera asidua, al menos unos 16-20 días, y si es posible, implementarlo en vuestro día a día de manera rutinaria. Esperamos que os ayude y que os podáis aprovechar de sus beneficios.
¡Ánimo!