La palabra “productividad” está a la orden del día, especialmente en lo que al desarrollo personal se refiere. Pero, ¿qué significa realmente ser productivo? Desde una perspectiva más económica, podría definirse como la relación entre un objetivo y los medios utilizados en un determinado periodo de tiempo para conseguir dicho objetivo. Es decir, se trata de trabajar de forma eficiente con los recursos de los que disponemos. Este concepto se puede aplicar no solo al ámbito empresarial, sino en todas las áreas vitales del individuo.
Sin embargo, hay ocasiones en las que el deseo de ser productivo puede volverse perjudicial. Esto suele ocurrir en base a la falsa creencia de que ser más productivo se traduce en trabajar más, de tal manera que se antepone a la necesidad de descansar y disfrutar del tiempo libre. Lo que mucha gente olvida es que respetar el descanso es primordial para poder ser eficientes en las tareas que nos acercan a nuestros objetivos. En otras palabras: irónicamente, querer ser demasiado productivos nos vuelve improductivos. De hecho, pueden aparecer algunas consecuencias a largo plazo, como estrés, ansiedad, depresión o burnout, entre otras.
Teniendo todo esto en cuenta, ¿cómo podemos ser más productivos de forma sana?
- Identifica el momento del día en el que más rindas y estés más motivado.
- Concreta tus objetivos de la forma más específica posible.
- Concéntrate en una sola tarea.
- No infravalores el sueño. Se recomienda dormir entre 7 y 9 horas.
- Deja hueco para tu tiempo libre: hobbies, deporte, vida social, etc.
- Trabaja en un espacio en el que te sientas cómodo y no tengas demasiadas distracciones.
- Si algo no funciona, haz pequeños cambios hasta que encuentres tu método.
- No olvides premiarte según vayas avanzando.
Además de estas pautas, lo más importante es ser compasivo con uno mismo y tener paciencia. Los resultados tardan en llegar, ¡disfruta del proceso!