Tu hijo/a está en una edad complicada, se queja continuamente y parece que nada de lo que haces porque esté mejor funciona. ¿Qué puedo hacer? ¿Qué cosas son claves para fomentar una buena convivencia con un adolescente?
Antes de nada, hay que saber algunas cosas acerca de la adolescencia. Se trata del proceso mediante el cual el niño/a alcanza la madurez sexual y se convierte en un adulto (entre los 10 y los 19 años). Esta etapa, conlleva muchos cambios: a nivel físico, psicológico y social. Por lo que no suele ser una etapa fácil para los adolescentes.
Este proceso de crecimiento y madurez del ser humano que requiere tiempo, es por tanto, un periodo de preparación para la edad adulta. En esta etapa, además de la maduración física y sexual, comienza también la transición hacia la independencia social, el desarrollo de la identidad, la adquisición de las aptitudes necesarias para establecer relaciones de adulto y asumir funciones adultas y la capacidad de razonamiento abstracto.
En esta etapa el contexto social tiene una influencia determinante. Muchos adolescentes se ven sometidos a presiones para consumir alcohol, tabaco u otras drogas, para empezar a tener relaciones sexuales, etc. Sin embargo, los adolescentes son diferentes de los niños pequeños y también de los adultos. Más en concreto, un adolescente no es plenamente capaz de comprender conceptos complejos, ni de entender la relación entre una conducta y sus consecuencias, ni tampoco de percibir el grado de control que tiene o puede tener respecto de la toma de decisiones relacionadas con la salud, por ejemplo decisiones referidas a su comportamiento sexual.
Es por esto, que la familia representa un apoyo FUNDAMENTAL a esta edad. Los adolescentes dependen en gran parte de su familia para adquirir toda una serie de competencias importantes que pueden ayudarles a hacer frente a las presiones que experimentan y hacer una transición satisfactoria de la infancia a la edad adulta.
Ahora, sabiendo estas cosas sobre la adolescencia, ¿cómo puedo hacer frente a esta edad sin volverme loco/a?
Aquí te dejamos unos tips que pueden ayudarte a manejar la relación con tu hijo/a adolescente.
- Prepárate para los altibajos emocionales de tu hijo/a, son NORMALES a esta edad (y aún más durante el confinamiento). Los padres que saben qué les espera pueden afrontarlo mejor. Y, cuánto más sepas sobre la adolescencia, mejor te podrás preparar.
- ¡Habla con tu hijo/a! Responde a las preguntas que te haga tu hijo, como las diferencias entre chicos y chicas o de dónde vienen los niños, por qué el confinamiento, etc. Pero no le satures con demasiada información; limítate a responder a sus preguntas. Si no conoces las respuestas, ayúdale a encontrar a alguien que las conozca o infórmate para poder responderlas.
- Empatiza con él/ella. Ayúdale a entender que es normal que esté un poco preocupado o cohibido y que también es normal que a veces se sienta «mayor» y otras como si todavía fuera un «niño». Además en estos momentos de preocupación e incertidumbre, pueden estar más irritables de lo normal y más sensibles, por lo que hazles ver que les entiendes y normaliza estos sentimientos.
- Busca la paz y no la guerra. A esta edad, los adolescentes intentan encontrarse a sí mismos y conocerse, porque es la edad a la que conforman su personalidad. Por ello si tu hijo/a adolescente quiere pintarse de negro las uñas o vestir de forma estrafalaria, tal vez valga la pena que te lo pienses dos veces antes de regañarle. A los adolescentes les gusta sorprender a sus padres y es mucho mejor dejarles que lo hagan con cosas que son temporales e inofensivas. Guárdate las objeciones para las cosas que importan de verdad, como el tabaco, las drogas, el alcohol o cambios permanentes (e irremediables) en su aspecto.
- Expectativas realistas. En primer lugar, debes tener en cuenta si las expectativas que le estás poniendo son realistas o no, especialmente en tiempos de COVID. Es importante tener unas metas realistas y no exigirle demasiado, ya que si no consigue alcanzar lo que le propones, es muy probable que se sientan mal y frustrados con ellos mismos y por tanto su comportamiento empeore en casa. Los adolescentes suelen entender y necesitan saber que sus padres se preocupan lo suficiente por ellos como para esperar determinadas cosas, como que saquen buenas notas, se comporten correctamente y respeten las normas de la casa (esto les de seguridad y autoestima). Si los padres tienen unas expectativas apropiadas, es más probable que los adolescentes intenten cumplirlas, si de lo contrario, no tienen unas expectativas razonables sobre su hijo/a adolescente, es posible que sienta que no se preocupan por él/ella.
Mucho ánimo y suerte. Recuerda, relativiza, acepta que estamos en una nueva realidad, adapta tus metas y a por ellas.
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