Estos últimos meses han sido diferentes para muchos de nosotros. Nos hemos tenido que enfrentar a circunstancias totalmente desconocidas y a diferentes miedos, algunos puede no supiéramos que estaban, entre ellos, la incertidumbre.
Sin embargo, y muchos nos olvidamos de ello, poco a poco cada uno nos fuimos adaptando a esos cambios, a esa “nueva realidad”. Fuimos creando e integrando esas nuevas herramientas que nos permitían convivir día a día con estas nuevas circunstancias, hasta el punto en el que lo nuevo se convirtió en lo “normal”, o mejor dicho, en lo habitual.
¿Qué es lo que está ocurriendo actualmente? Que vuelve a haber cambios, y por tanto, es necesario una versión 3.0 de ese proceso de adaptación anterior. Con el objetivo de poder anticiparnos e idear un plan de acción intentamos tirar de nuestra experiencia previa. No obstante, durante esa búsqueda en nuestra base de datos también nos encontramos con otras carpetas que almacenan miedos y vivencias no muy agradables las cuales empiezan a abrirse como ventanas de spam, nublando de esta manera la búsqueda.
Como seres humanos que somos, no nos gusta la incertidumbre y mucho menos los miedos que a veces la acompañan. Muchas veces intentamos luchar contra ella, intentamos reducir su aparición al máximo con el fin de hacer que desaparezca…olvidamos que es nuestra compañera de viaje y va estar presente, aunque no nos guste.
Por lo que… ¿qué es mejor, seguir luchando contra ella o hacernos su amigo y seguir el camino juntos?
Ahora bien, cómo nos podemos hacer amigos de la incertidumbre…
1. Acepta que las cosas cambian, es decir, que el mundo NO es algo estático, es variable y por tanto pueden ocurrir cosas que ni nos hemos llegado a plantear. Aunque nos guste esa sensación de tener “todo bajo control” y de que “no haya ningún cabo suelto”, esto no deja de ser un IDEAL, la REALIDAD nos muestra que hay cierto porcentaje de incertidumbre presente en nuestro día a día que no podemos hacer que desaparezca.
2. Cada momento y cada situación tiene sus propias características, aunque dos sucesos sean parecidos las circunstancias NO son las mismas, , por lo que NO tienen por qué darse de la misma manera, ni tienen porqué tener la misma carga emocional, ni que afrontarse de la misma forma.
3. Las personas también cambiamos, ¿o acaso somos los mismos que hace un mes?, el “yo” que se enfrentó a una circunstancia de hace un mes NO es el mismo que el que se enfrenta a una nueva situación hoy.
4. ¡OJO! A veces aparecen ciertos filtros mentales que nos nublan las diferentes situaciones que nos encontramos y nos dejan ver únicamente una de las posibles interpretaciones de las mismas. Ej: no todo es blanco o negro, ni todo va a ser siempre así, ni tiene por qué darse el peor escenario de todos.
5. NO desvalorices tus logros y ni los aspectos “positivos” del ambiente, por ser “lo normal”. Al fin y al cabo, son tus herramientas y pueden ayudarte en ese proceso de adaptación. Si no los valoramos como lo que son, perdemos objetividad.
¡RECUERDA! Nosotros y el mundo que nos rodea NO es algo estático, absoluto o rígido, al contrario es variable y flexible. Si esta situación te supera y estos consejos se quedan cortos no dudes en contactar con PsicoLink y te ayudaremos a lidiar con ello.