El mundo digital ha llegado a todos los ámbitos profesionales y no ha sido menos en el mundo de la psicología. Cada vez son más los profesionales que optan por tener terapias online, además de las consultas tradicionales de terapia presencial. O los que optan directamente por tener solo terapias online.
La llegada de la pandemia hizo que por fuerza mayor, los psicólogos se adaptaran a las terapias online, ya que de forma presencial era imposible. A lo que, también, se adaptaron los pacientes y a lo que muchos les resultó mucho más positivo por sus diferentes características. En este momento ha sido donde los profesionales de la salud mental se han introducido más en el mundo online y han abierto las puertas a las terapias virtuales.
Antes de la pandemia ya eran muchos los psicólogos que optaban por las terapias online. En 2019 Sciente Direct realizó una encuesta a psicólogos colegiados en Madrid, en la que los resultados fueron facorevidos para el mundo de internet. El 60,49% valoraron positivamente usar esta manera de dar terapia en un futuro y el 26,66% usaban ya este tipo de terapias.
Las consultas a través de internet son cada vez más frecuentes, y cada vez más son los psicólogos que ejercen a través de una plataforma online. La sociedad se ha acostumbrado al mundo virtual, y es que este optimiza mucho el tiempo, algo que cada vez son más las personas que lo ven como un punto importante.
Características de las terapias online
La primera característica con la que cuenta la terapia online, es evidente, el profesional de la salud y el paciente no necesitan estar en la misma habitación, ni en el mismo lugar o ciudad. Ambos se conectan a través de un dispositivo digital que les permita verse y comunicarse a tiempo real.
El poder verse y comunicarse al mismo tiempo, igual que si estuviera de manera presencial, permite que se pueda transmitir información verbal y no verbal y la persona que está en la otra pantalla pueda llegarle esa información. Lo que significa, que a pesar de no tener una consulta físicamente, el psicólogo puede percibir todas las actitudes y actos del paciente que está tratando.
El desplazamiento es otra de las características de este tipo de terapias. Tener una terapia online no nos hace tener que ir de una ciudad a otra, o de tener que desplazarnos de una punta a otra de la ciudad. Lo que permite una planificación mayor del tiempo y de la organización del día a día.
Otra de las características básicas de la terapia online son los horarios flexibles. El poder hacer o realizar la terapia desde cualquier lugar te permite tener un horario más adaptado a tu vida y sin la necesidad de organizar el tiempo con el reloj en la mano.
Eficacia de la terapia online
Para evaluar una terapia y ver si tiene efectos positivos en el paciente va a depender del trastorno diagnosticado y de los síntomas que presente. Lo que quiere decir, es que no tiene nada que ver si una tratamiento funciona más rápido que otro. Cada persona y cada trastorno es diferente e individual.
Esto es algo que ocurre tanto en una terapia presencial como en una online. Ya que, cada método y cada tipo de tratamiento actuará dependiendo siempre del paciente y de cómo se aplique el método y el tratamiento.
En definitiva, la diferencia entre la psicología online y la presencial, no se diferencia en su eficacia por el método y tratamiento utilizado. Varios estudios demuestran que, de hecho, no existe ningún tipo de diferencia entre estos dos tipos de terapias a la hora de realizar la terapia. La únicas diferencias que existen son indiferentes como para que afectan de una manera u otra al paciente. Las diferencias que existan entre ambas terapias, en conclusión, son cuantitativas y no cualitativas, ya que existen los mismo elementos tanto para la intervención psicológica presencial como para la online.
Además, hay que tener un aspecto importante en cuenta. Muchas personas se sienten mucho más seguros en casa, por lo que la terapia online le ayudará abrirse mucho mejor y expresarse sin dificultad. Por lo general, estas personas encuentran en su hogar un círculo de confort en el que se sienten seguros para abrirse a otra persona desconocida.